miércoles, 17 de febrero de 2010

Liliana Waipan


Todas las noches


Suelta la mano que la empuja a lismonear entre los autos.
Suelta la mano que seca el llanto de su panza con hambre.
Suelta la mano que encuentra en la basura ese pedazo de pan.
Suelta la mano y se busca en el espejo del mugriento baño de estación.
No refleja a la niña.
Suelta la mano que todas las noches hurga en su pequeño sexo.
Corre.
Suelta.



Umbrales


Otra

silba en la guarida

untada de reflejos

con el pelo oxidado de lluvias



Va a caer en el umbral

de sus ojos
Va a beberse la sal

de los misterios

Va lamerse el mar

sangrando cicatrices de ancla

Otra

mató lo que amaba

Lo demás

nunca estuvo vivo



Mujer verde


Tengo la piel rebosada
de pinos verdiazules
esos que bailan alrededor
de la luna

Tengo el sabor a tibia menta
de sus púas
en mi boca

Tengo garúas de resina
en la espalda
y una corteza joven
me nace entre los brazos

Tengo toda su brisa
en los pies
y en cada soplo
me cantan secretos
al oído

Tengo ramas que me crecen
en los ojos
y esperan nido

Tengo los pinos
saciados de palabras

Temo
que no pueda nombrarlos


Liliana Waipan
Argentina, reside en Quilmes

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Poesía del Mondongo

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