jueves, 31 de julio de 2014

Alí Chumacero



En la orilla del silencio


Ahora que mis manos
apenas logran palpar dúctilmente,
como llegando al mar de lo ignorado,
este suave misterio que me nace,
túnica y aire, cálida agonía,
en la arista más honda de la piel,
junto a mí mismo, dentro,
ahí donde no crece ni la noche,
donde la voz no alcanza a pronunciar
el nombre del misterio.

Ahora que a mis dedos
se adhiere temblorosa
la flor más pura del silencio,
inquebrantable muerte ya iniciada
en absoluto imperio de roca sin apoyo,
como un relámpago del sueño
dilatándose, cándido desplome
hacia el abismo unísono del miedo.

Ahora que en mi piel
un solo y único sollozo
germina lentamente, apagado,
con un silencio de cadáver insepulto
rodeado de lágrimas caídas,
de sábanas heladas y de negro,
que quisiera decir: "Aún existo".

Comienzo a descubrir cómo el misterio es uno
nadando mutilado
en el supremo aliento de mi sangre,
y desnudo se afina, agudiza su sombra
para cavar mi propia tumba
y decirme la fiel palabra
que sólo para mí conserva
escondida, cuidada rosa fresca:
"Eres más mío que mi sombra,
en tus huesos florezco
y nada hay que no me pertenezca
cuando a tientas persigo, destrozando tu piel
como el invierno frío de la daga,
el vaho más cernido de tu angustia
y el poro más callado de tu postrer silencio".

Entonces me saturo de mí mismo
porque el misterio no navega
ni crece desolado,
como germina bajo el aire el pájaro
que ha perdido el recuerdo del nido allá a lo lejos,
sino que es piel y sombra,
cansancio y sueño madurados,
fruta que por mis labios deja
el más alto sabor y el supremo silencio endurecido.

Y empiezo a comprender
cómo el misterio es uno con mi sueño,
cómo me abrasa en desolado abrazo,
incinerando voz y labios,
igual que piedra hundida entre las aguas
rodando incontenible en busca de la muerte,
y siento que ya el sueño navega en el misterio.



Alí Chumacero
Poeta mexicano nacido en Acaponeta, Nayarit en 1918, falleció en 2010.
Perteneció al grupo de escritores que fundó la revista Tierra Nueva y dirigió la publicación entre 1940 y 1942. Fue redactor de la revista El Hijo Pródigo.

Fotografía: Alejandro Zenker - Alí Chumacero y Leda
(de la serie La escritura y el deseo), 2002, técnica digital.

viernes, 25 de julio de 2014

Mario Trejo




La loca del rubí


Esa mujer no estaba en sus caníbales
Amaba con presentimientos feroces
Regalaba somníferos en prueba de amistad
No insistir
No molestarla
Que ya bastante tiene la melancolía con sus abejas

¿Dónde están las mujeres de Babilonia
Con ombligos de 21 rubíes?
Venus está ahora en la casa de los viajes largos
Yo resisto aquí, lejos, en otra parte
dondequiera que está, en otra parte

Endemientras conspiras con insomnios y miedos
Con silencios y jaguares
Eres un blanco fácil en el fondo del desfiladero
Despertamos al sueño para escuchar su ruido

La loca del rubí aúlla de rabia y gime de placer
No es de dolor su alarido
Sos vos el único que emite espantos

Apagamos la luz
para lamer
nuestra soledad.




Mario Trejo (1926-2012)
De "Antología poética" - Fondo Nacional de las Artes - 2006


Argentino, Nació en Buenos Aires.


Pintura extraída: http://womenshistory.about.com/od/medieval/ss/Juana-La-Loca.htm

lunes, 21 de julio de 2014

Pedro Aznar




A Mishima

¡Hunde la espada en tu vientre!
y deja que la sangre brote
sublevada
como el primer semen
frente a la hermosa imagen
del mártir cristiano.

Creo saber lo que querías:
La grandeza del hombre,
dibujada, irrenunciable,
en los hombros del atleta que amaste
a la distancia;
La vida
hecha un aterrador punto brillante,
colgando del hilo transparente de la desesperación
de Yasue,
sus sobrinos tragados por el mar
frente a sus ojos
de vigía impotente;
El amor indomable
que te mate siete veces:
devorado,
atravesado por espadas,
ahogado en sus aguas turbulentas,
abrasado por su fuego incontrolable,
borracho de veneno, mordido por serpientes,
aplastado en una lluvia torrencial
de piedras, hasta darte la inmortalidad
que desdeñabas; y
La muerte, al fin,
como el orgasmo verdadero
de la liberación.

Ningún otro beso podría haber saciado
tu casta boca,
hambrienta del sabor olvidado
de la carne humana.

¿Qué hiciste,
griego loco,
encarnando en samurai?




Estambul


Rostro cubierto
Piel de color oliva
Ojos antiguos

Ríos de gente
salvajemente bella
Conozco a todos

Sudor paisaje
de parra y aceitunas
por los tejados

Carros de fruta
Los pájaros insisten
en ser el cielo

Un laberinto
de luz enloquecida
Las piedras saben

El mar no miente
Un rayo en mi cabeza
Yo ya estuve aquí



Pedro Aznar
De "Pruebas de fuego" -  Editorial Longseller (1992)



Nació en Buenos Aires, en 1959.


miércoles, 16 de julio de 2014

Roberto Juarroz




24

Si conociéramos el punto
donde va a romperse algo,
donde se cortará el hilo de los besos,
donde una mirada dejará de encontrarse con otra mirada,
donde el corazón saltará hacia otro sitio,
podríamos poner otro punto sobre ese punto
o por lo menos acompañarlo al romperse.

Si conociéramos el punto
donde algo va a fundirse con algo,
donde el desierto se encontrará con la lluvia,
donde el abrazo se tocará con la vida,
donde mi muerte se aproximará a la tuya,
podríamos desenvolver ese punto como una serpentina
o por lo menos cantarlo hasta morirnos.

Si conociéramos el punto
donde algo será siempre ese algo,
donde el hueso no olvidará a la carne,
donde la fuente es madre de otra fuente,
donde el pasado nunca será pasado,
podríamos dejar sólo ese punto y borrar todos los otros
o guardarlo por lo menos en un lugar más seguro.


                                                                                (a Laura)


Roberto Juarroz
De "Cuarta poesía vertical" - Aditor, Buenos Aires, 1969




Nació en Coronel Dorrego, Buenos Aires (1925-1995)

Pintura: una Freak (http://unafreak.blogspot.com.ar/)

sábado, 12 de julio de 2014

Orlando Solabarrieta





La canchera


Cumplió cuarenta señores
y esta un kilo todavía,
aún guarda la lozanía
de sus primeros albores.
La mesa llena de flores
daba un sello de esplendor,
a la fiesta que en su honor
un viejito le ofrecía,
que a más de su simpatía,
era un cheque al portador.

Una luz pa' cachar giles,
pinta fina, alma orillera,
se diplomó de canchera
justo a los dieciocho abriles.
Tira los mangos de a miles,
fuma y le gusta escabiar,
empilcha que ni que hablar,
come en la mejor cantina,
cuando llega la matina,
recién se va a apolillar.

No hay lugar transnochador
que no conozca esta leona,
desde un bar tipo Martona
hasta el cabaret más flor.
Aerolíneas, tren, vapor,
Mar del Plata, Miramar,
casino, pronto fichar,
la vivió bien de primera,
el diploma de canchera
lo supo hacer respetar.

Bien sabe que a su hermosura
ya le queda poco paño
también sabe que los años
se morfan cualquier pintura.
Pero ya cuando Natura
le empiece a dar con rigor,
tendrá un piso, un auto flor,
el viejito, la chequera,
y más guita en la cartera,
que el Banco de Nueva York.



Letra: Orlando Solabarrieta
Música: Alberto Hilarion Acuña
Intérprete: Edmundo Rivero


Obra: Mujer Verde - Mónica Sabbatiello

lunes, 7 de julio de 2014

Rodolfo Alonso




El desdichado


Qué desoladamente desolado
te has quedado en la plaza
niño, en el baldío
silencio de tu misma voz,
fría y sin brillo ahora.

La tarde se ha alejado vanamente
de tus ojos, arena,
ya sin alrededor, ni más, ni nunca.
¿Es que en los míos
vas a quedarte quieto para siempre?
¿Qué esperabas allí, sentado, solo?
¿Qué vinieran a darte,
a buscarte, a decirte?
¿Qué esperabas,
pequeño y desgarrado solitario,
sangre mía, ausencia
de todo el mundo? ¿Qué esperabas?


De "Hablar claro"


Dèjá vu


Una mujer se desnuda en mi memoria
mientras afuera resplandece la ciudad
o llueve y hace frío

Una mujer lava su pelo negro con el agua de mi infancia
una distancia va formándose

Su piel es lenta y fresca como la montaña que acaricia
su voz se hace lejana

Una mujer me alcanza
el primer seno descubierto
el primer seno acariciado

Mientras afuera resplandece la memoria


De "Hago el amor"



Rodolfo Alonso
De "Antología consultada de la JOVEN POESÍA argentina" - 1968
Compañía general Fabril Editora S. A. Buenos Aires



Nació en Buenos Aires, octubre de 1934. Poeta, traductor y ensayista.


Obra extraída: http://nerdgasmo.com/2013/10/superheroes-de-comics-en-pinturas-clasicas/

viernes, 4 de julio de 2014

Tamara Kamenszain




Murió mi hermano
murieron mis padres
murió el padre de mis hijos
tantos amigos murieron
y dije y digo que no están más
¿Eso es hablar de la muerte?
Dejé anotado que se fueron
les dediqué libros los nombré
por sus nombre me anoticié
de que nadie me contestaba.
¿Eso es hablar de la muerte?
Ensayé todo lo que pude
insistí con estribillos ajenos
“debajo estoy yo” “debajo estoy yo”
pero Pizarnik ya había nacido
enterrada Alejandra Alejandra
se hizo llamar desde chica
y eso sí que es hablar de la muerte.
Yo solamente la cito




Tamara Kamenszain.
Argentina – 1947



De: “La novela de la poesía” -  Poesía reunida.
Ed: Adriana Hidalgo – 2012


Obra extraída: alejandrapizarnik.blogspot.com

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com