miércoles, 11 de abril de 2012

Amalia Pérez




UNO


Cuando los trenes huyen cargados al oeste
hay ángeles de cara rosada
meando contra el largo paredón
un leviatán
observando desde un banco de la plaza
apóstoles y vírgenes
santos de estampita

todos curiosean este valle de lágrimas
quieren conocer a la maraña de hombrecitos
        que apuran su paso
                     a eso de las ocho de la noche

Los inquieta ese mar de piernas cruzando pueyrredón
la marea de cabezas vomitadas cada tanto desde abajo de la tierra
¿a dónde van los hombres cuando suben a los trenes?

Hay cosas que los ángeles no entienden ni el demonio tampoco

Nunca serán sobrevivientes

Por eso es que los ángeles lloran mientras mean contra los paredones
                    cuando la noche es un tren desbocado

porque no entienden a los hombres que trepan a los trenes
cuando la esperanza les llega a la cintura
y yo cuelgo de los puentes al vaivén de esos trenes
y los ángeles no entienden

Por eso es que lloran
mientras mean contra los paredones
cuando el oeste es un gran tragadero
de lo que nunca van a entender




Amalia Pérez
De "Sapo que no se traga" (Monólogos) Ediciones El Mono Armado 2011
Argentina, nació en Lomas de Zamora.


Obra: Meando la pared - Víctor Cámara

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Poesía del Mondongo

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