jueves, 30 de enero de 2020

Joaquín Giannuzzi




Instituto de belleza


El derrumbe de un cuerpo
no proclama el fracaso del universo.
El piojo se deteriora súbitamente;
los leones caen en un soñoliento
crepúsculo reumático.
Como los hombres de Hesíodo.
Así, durante un sepelio observé
la majestuosa degradación
de un ramo de gladiolos.
Entonces compruebo estupefacto
la alienada esperanza de negar y resistir,
el estúpido escándalo que confunde lo bello con lo inmutable
y que hace de miss universo, por ejemplo,
el último juguete de occidente.



En Las condiciones de la época (1967)




El puesto del gato en el cosmos


Uno siempre se equivoca cuando habla del gato.
Se le ocurre por ejemplo que junto a la ventana
el gato se ha planteado en el fondo de los ojos
un posible fracaso en la noche cercana.
Pero el gato no tiene un porvenir que lo limite.
A uno se le ocurre que medita, espera o mira algo
y el gato ni siquiera siente al gato que hay en él.
¿Cómo admitir detrás del movimiento de la cola
una motivación, un juicio o un conocimiento?
El gato es un acto gratuito del gato.
El que aventure una definición debería
proponer sucesivas negaciones al engaño del gato.
Porque el gato, por lo menos el gato de la casa,
particular, privado e individuo hasta las uñas,
comprometido como está
al vicio de nuestro pensamiento
ni siquiera es un gato, estrictamente hablando.





Un domingo de Fernando Pessoa


Desde su ventana arroja hacia la calle
una caja de fósforos vacía: es domingo
y en el orden desierto cae tristemente
con un sonido condenado
a un significado secreto. La tarde que declina
todo lo desampara. Nada es eterno
en la escena. ¿Valía la pena
recorrer los años para concluir
con ese gesto que se cierra sobre si mismo?
Pero los hechos no han concluido. Los días
aún se repetirán. Mientras tanto, en Lisboa,
un fragmento de calle, una caja vacía
son elementos mudables que sostienen
una visión en ruinas de las cosas.




Gladiolo


Envainado y bermejo,
estriado de púrpura,
continuación suntuosa
del tallo afilado como navaja. Engendrado
por la suave torsión de pétalos tensados,
una forma cumplida en torno a un centro
de energía. Vástago breve de febrero
que abarca el día a partir del sol,
abriéndose a su paso, girando y plegándose
con la luz menguante, hasta cerrarse
como un puño a las puertas de la oscuridad.
¿Qué especie de certeza hay en esta oscilación
del movimiento no visible?
La pulsación del día escapa a mi ojo
pero yo he amado, perplejo,
este drama mecánico en una tierra que perdura
y cada año, testigo, mi yo es un susurro inverso
al camino del sol, humillado




Apuntes de Época


Frecuencia de tiroteos
En las inmediaciones de nuestro cuerpo.
Las noches llegan como amenazas secretas.
Explosiones, aullidos de ambulancias y neumáticos,
pasos que se precipitan.
Espasmos de una agitación avanzada.
La vieja época
pierde el ritmo cardíaco, boquea
en el estanque seco de su propia historia.
Detrás de las puertas
cerradas a doble llave, pasador y moral sin dientes
todo el mundo conteniendo el aliento.
Timbales y música a volumen crítico.
El baile de los muchachos
del otro lado de la pared.
Desde aquí no hay mucho que explicar:
acumulo muecas, examino ideologías
pero en conjunto ignoro
si son libres o felices,
qué heroísmo reclaman, qué sueños conciben.
A veces hay un accidente en el tocadiscos
y entonces los muchachos
con puños y pies golpean las paredes
para escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.



Joaquín Giannuzzi

Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1924. Se dedicó al periodismo, publicó críticas literarias en los diarios Crítica, Crónica, Clarín y La Nación. En 1962 empezó a colaborar con la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo.

En 1958 publicó Nuestros días mortales, con el que obtuvo el premio de la Sociedad Argentina de Escritores. Le siguió Contemporáneo del mundo, y en 1967, Las condiciones de la época, y Señales de una causa personal de 1977, y en la década de los ochenta: Principios de incertidumbre; Violín obligado y Cabeza final.¿Hay alguien ahí?, se publicó poco antes de su fallecimiento el 26 de enero de 2004 2004.

 
BIBLIOGRAFÍA

Nuestros días mortales (1958)
Contemporáneo del mundo (1963)
Las condiciones de la época (1968)
Señales de una causa personal (1977)
Principios de incertidumbre (1981)
Violín Obligado (1984)
Cabeza final (1991)
Apuestas en lo oscuro (1991)
Obra poética (2000)
Un arte callado (2006)


Información extraída: www.escritores.org


No hay comentarios:

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com