El olvido es una alucinación desprovista de objeto
Hombre condenado a dos escenas atroces:
la primera y la última.
Espiar por el ojo de la cerradura, que es el ojo de Dios
(que nos estaba esperando) y descubrir al Otro,
que también espía, hacia atrás, hasta el fin de los tiempos.
Y todavía sufrimos por la puerta que no nos atrevimos
a abrir,
y por aquella otra que no debimos haber abierto nunca.
Mario Trejo
Argentino (1926 – 2012)
En: 200 años de poesía argentina - Ed. Alfaguara – 2010
Foto: Chema Madoz (España)
Extraída de: www.chemamadoz.com
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