mi primera casa
llegamos a la hendidura
que llamamos Casa
un escenario de material noble
yo abrí una maleta y extraje una piedra de océano
como un gigantesco diente
la coloqué en el baño
la vi crecer cada mañana
tú en cambio desempacaste un juego de manos que no conocía
eran de más de trescientos tipos de manos
una me tocó allí donde no había existido el frío
otra fue triste al acomodar algo que caída de mí
la última que recuerdo no tenía dedos
nos gustaba salir y ver el floripondio del jardín
su vida al margen del agua
pero sus flores tenían una manera de morir tan desagradable
húmedas como lenguas blanquecinas
algo debía estar secándose en el fondo
fue cuando me dio la vergüenza
esa lamentable parentela
mirar un nuevo mito derritiéndose en la sombra
a nadie le interesa eso
me dijiste
toma esta alambrada
aprende a leer sus púas indefensas
hay más dignidad en la pulcritud de estos lugares
donde te sientes vencida
Pero la tristeza no era más
esa vela oscura deslizándose en la mañana
como si nadie la llevara entre las manos
Al acostarte junto a mí ya estabas tan callado
para no despertar el corazón
yo hacía tanto ruido
y lo encerraba en una caja perforada con agujas punta roma
ese fue mi animalito
tan limeño
nada feroz
ni hambriento
ni cariñoso
mi caja voluntariosa y dócil que hablaba de tan pocas cosas
una mañana te vi abrazado a ésta
la arrullabas con tu mano sin dedos
entonces todo fue bruma
sólo esa mañana
me agaché para alcanzar la hendidura
que dejamos de llamar casa
nuestro gato entró con un pichón en la boca
que no pensaba devorar
para ese momento habíamos entendido poco del juego
pero mucho de la muerte
el mar de madrugada
expulsando sus peores peces sobre nosotros
cubriéndonos las orejas
hoy el pichón ha volado lejos del juego y yo del agua
Gabriela Wiener
(Perú - Lima, 1975)
Periodista y poeta.
Fotografía: www.diarioadn.co
Periodista y poeta.
Fotografía: www.diarioadn.co
No hay comentarios:
Publicar un comentario