lunes, 13 de agosto de 2012

Marcelo Marcolin
















Nocturno de ella


Entregará sus piernas:
se enterarán los dioses en sus desvelos
elevará su cuerpo por encima del erecto sentido de las ansias
 y allí sus boca
          su condena descifrada en los esteros del rubor
cuando el humeante otoño de tajadas a la primavera.
Ella es la sombra entre las luces de los sueños
          es la sed que baja hasta las entrepiernas de los otros ángeles
No podrá su lengua del día
          no podrá su cola esquivar el deseo
Nadie llega para la otra noche
          nadie es dios para determinar vírgenes y putas
es sólo un canto desde el rumor indígena
con olor a sándalo y sabor a jengibre.
Arriban sus piernas atravesando los espejos
lame su lengua el ritual de las horas callejeras
cegada de impalas huyendo hacia el sur.
Yo la necesito así: descalza, ardiente,
        ciega de horas y esperas
La necesito temprano
demasiado temprano entre las letras y la noche,
la noche vagabunda que se lo lleva todo y todo nos deja.




Marcelo Marcolin


De "El viejo automóvil de los sueños" - Ediciones El ojo de la ballena.

Buenos Aires (1957-2011)

Obra: Camilo Henríquez - Escena de la vida nocturna

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Poesía del Mondongo

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