lunes, 27 de septiembre de 2010

Denisse Vega Farfán




Hay mucha música


Hasta en la pata seccionada del insecto
Que aún se mueve
En los pinceles frígidos
El lienzo moteado
La lluvia traspasando las paredes
La carta que no se responde
Y la que no llega también
Hay mucha música
En las cuencas selladas de tus pasos
En el azul que te lacta
En el mar que se absorbe entre dos cuerpos
En el cuchillo que retrocede
En la ceniza arremolinándose en el paladar
En los sucios cartones del perro
En las nubes que se atragantan
En la calle que no se cruza
En la puerta que no se toca
Hay mucha música
Demasiada
En el llameante vaivén que se resiste
En el corazón que estorba y muerde
El cuerpo que lo enluta
En las raíces que no cesan de contraerse
En las fuerzas que se rechazan
En el corvo sigilo del exilio
En la prótesis que conjuga al golpe contra el suelo
El dardo sonido de la transparencia
La luna
-ese ojo derramado
esa tundra de vientos que arrastran muñones y
cadáveres celestes-
No aflora
Tu nombre se secciona en carnívoras lianas
La duda es un niño de leche
Y hay mucha música
Desmedida
Hasta donde no ha quedado nada más
Que un cirio chamuscado



Denisse Vega Farfán
(Trujillo, Perú, 1986).

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Poesía del Mondongo

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