miércoles, 7 de julio de 2021

Pablo Queralt

 


(Fragmentos)

Sabemos lo que queremos nosotros? Aquí en la habitación que adoramos estar
cuando entra el colorado del atardecer o el amarillo del medio día
en toda esa luz nos bañamos pasando del living a la cocina tenemos las palabras
los libros este lenguaje que nos hace felices invisibilizados
en lo que hace nacer soñar tanto
en esa luz imaginación del sueño invencible como nuestra necesidad nuestro deseo
todas esas pequeñas extrañas vidas
que aquí vemos en nuestras vidas que miran para otro lado.


Es ya de noche? esta oscuro negro como esa oscuridad del cine pero son las 4 de la tarde que puede ser ¿una gran tormenta? el mar esta encima de nuestras cabezas el que llegue primero a la orilla le gritará al otro y el otro sabrá si el día se acortó o es que pasamos demasiado rápido.

Es que estos árboles que ves me llevan a mi tiempo en el colegio su oscuridad tal vez o ese verde van más allá de lo que yo creí recordaba. Una vez un chico como fauno 

entre los faunitos volaban las blancas tizas por el aire esa era la guerra de 2 bandos o de todos contra todos que yo odiaba porque no me gustaba pelear y sino peleabas te decían cagón.

Ah, esa oscuridad de mañana que tan bien conocí a eso de las 6,30hs el silbido de algún pájaro, la naturaleza despuntando un nuevo giro y yo en la parada del colectivo, a las 7,30 estaría en la puerta del colegio entre eso que se escucha, voces, ruido de autos que pasan, todo eso tan lejano que es horizonte.


Un viento de otoño se instaló en este día de febrero
sino fuera por la promesa de 3 o 4 semanas más de calor agobiante
me pondría el pullover encendería la estufa y me sentaría a contar
los días que me quedan
para volver a ser feliz.  


Todo hace sistema las emociones hacen su pilita
acá allá sus montoncitos
que te tiran a sus orillas y te hacen retirar de otras
en el orden del movimiento general
es una curva del cuerpo que busca su equilibrio
en su andar vencido de una forma y no de otra
todo potencia en su tiempo de tolerancia
en el largo recorrido de su blues.


El presente nunca desaparece
subo al colectivo saco uno de diez
me espera alguien en el centro no sé si iremos
al cine o al teatro pero cuando estemos comiendo algo
y dejemos las pistas falsas le diré si quiere seguir
conectado, y dejaremos el mundo entretenido
que cabe en la superficie en ese punto de inflexión
viaje en un hilo
que es el techo de nuestro cordón de vida,
su texto de agua, su sombra arrojada.


Y las cosas van y viene ¿como olas? Es el jubilo de las manos. Es el arte
que tiene el día y seguimos con tanta ternura.
Todo se mueve y estamos contentos. 
Adentro afuera. Sigo las huellas de la gran fiesta. Después
de los artistas. Siguiendo su curso de agua un cielo.
El cántico de los niños o las ranas. Era el mundo pero era agua. Un estuario.
Mirábamos las estrellas. No sabíamos por donde comenzar. Todo lo demás era nada comparado con esto.
Me quedo más tranquila cuando me hablas.
Me mostrás tus ojos. Veo su bondad.
Las horas se ponen en su sitio con su beso.
Y dijiste pongo el corazón en todo lo que hago esa es mi felicidad.


Que no me pase lo que al niño que al subir
al manzano sepa bajar que sepa elegir mi grano feliz.
Esa mi alegría mi diccionario de bolsillo lo ínfimo.
Ahí colgué los cuadros más míos.


Pero la lancha pasó rápido haciendo del río
un picadero y nos perdimos en esas preguntas
y vagas respuestas que nos llevaban a nuestra
propia intimidad.


Alcé la linterna para que el tren pasara
y algo naciera y otra muriera.


Las cosas que me hicieron que sea yo en el mundo.
En el interior de mis dimensiones.
Descubrí el primer plano invisible.
Un camino hacia algún lado.
Ni sabemos cuales son las leyes.
La del caballo muerto en la playa ya la vimos!
Él salía al balcón y lo veía, bajaba rápido
y lo observaba parecía un halcón o un aguilucho.
Levantamos la vista y era la visión
de otra vida. Depende donde uno haga foco
para obtener una realidad? Yo no sé más
de lo que oigo, lo que veo, lo que pienso
ese mosaico es el rayo de luz que entra
por mi ventana. Y a veces crece tanto
que yo no sé, no me puedo contener, me desborda
me parece que todo se ríe de mí.


Está todo tan blanco como si el cielo se nos hubiera
venido encima no sé
si era el Halcón Maltés o el capitán Montalbano,
y andamos y andamos como si pidiésemos permiso
por existir.
Pero hay algo muy profundo que llevo en mí.
Hay veces que tengo alas y vuelo,
te tengo cerca y venís como una voz,
un ruido, una risa un astro en mí. Yo quisiera hablarte.
Y en ese momento
creciente apoyo mi pie
y desaparece como un reflejo en la vereda.
Algo que me dice que estoy acariciando el amor.


En el deseo de besarla. En las palabras que encontré.
Conocí mis genes. Seguí mi camino.
Y me dio sus rubíes.


Si no te lo preguntás no lo vas a saber
porque te quieren robar las palabras que encontraste
que encontramos seguimos por el parque
la noche estaba fresca te di mi sweater
sentí que era mi doble el que estaba allí
y mi palabra no era la mía
y ahí mi alma escribió.


Amar en esa sombra adelantada entre lo que existe
y no existe
arrastrando los pies en sus lindes
recién nacida del milagro de cuanto dura
sigo en su hora unido al cielo
de pasar la vida lamiendo la dicha.



El ritmo del partido la pelota
hacen que no me vaya a pique
no quiero seguir malgastando mis sentimientos
ese es mi óhlele óhlala
mi sombra anónima
mis palabras espejo de mi persona
mis ojos cerrados
Qué cosa pasó?
algo vino algo se fue
hecho de la infancia
que le da cuerda al reloj


En cuál disparate cósmico me encontré
ya fumaba desde los doce y tu vestidito amarillo
en la noche azul del verano
en su desnudamiento nació mi galaxia personal
en esa matriz del aire mucho tiempo
fue mi dueño fue mi condición
yo soy formado por todo eso.


Este hombre ya estará muerto este que va en moto
en la serie de su propia arena
de los 60 que nos encanta ver por televisión
qué amable su mirada su gesto persiguiendo
una forma de la luz por esos caminos mágicos
de mata en mata borrando deslavando nuestro diseño
vulnerable invisible
ese toque ligero cómico con que hemos nacido
no importa qué pasará sino cómo por nuestro
campo de estupor
aquello que no nos deja ver para reconciliarnos
y descubrir el berberisco porque luchamos
su bombín y su paraguas el lapsus
como búmeran de fugacidad desbandada
trama bajo las cosas que inventa un tiempo
una llave de entrada
a uno mismo entre una niebla recién leída.
Fuera de la fantasía y el presentimiento
los planos se encuentran
navegando otra claridad
mi casa de mañana mi tiro perfecto.


Necesitamos tan poco solo flores con días de verano
y un viento azul
ese aire nuestro suelo o plataforma
nuestro camposanto.

Ese espíritu pleno que fuimos antes de ser hombres
ese rol estelar.

Un buen libro en un día de lluvia. O ir al cine contra
las puertas del día.


Esa será mi música mi zumo a toda hora capaz
de ser a la velocidad de aprender de renunciar.
Ese será nuestro oficio.
Y todo se detiene el tiempo suficiente
y ahí nace la otra edad en su hora plena deambulo
péndulo oscilo en la pedrada en la caída en el centro
de mi duda si no soy yo mismo
en ese día menos ese ocaso que el silencio muerde.
Algo va perdiendo color algo retrocede el amanecer
incendia más allá
lo invisible esa es la contorsión
del mundo dibujado en la expansión
de una estética universal.
Esparcida. Así lo percibo.
Su fuerza de simplificación.


En el Trocadero vi mi mejor película partes de la escena de mi vida 
como agradezco los montones que anhelaban que venciera a mis fantasmas
yo que hacía lo que podía para vencer la turbulencia
de la batalla con esas chispas atrapadas el problema
es ese no saber lo que falta lo que sobra en uno
devenir restaurar un estado de  cólera anterior mudar
en una existencia que se lanza a escena en ese fondo
de torbellino
interior a abrir un mundo donde surgen las cosas
esa es la revelación. 


Pablo Queralt
De "Partes de la escena" 2020 - Editorial detodoslosmares

Buenos Aires, 1955 - Poeta y Traductor.

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Poesía del Mondongo

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