martes, 22 de septiembre de 2020

Néstor Mux















Música imprecisa


Como se sabe,
cada uno es lo que hace
y las dificultades de la época
(mezcladas con nuestras propias carencias)
ponen en cuestión la identidad de nosotros.

Después de años, equivocaciones
y vacíos sobrevividos en silencio
vuelvo a reconocer por azar en la poesía
aunque imprecisa una música de mi pertenencia.

Ella me hace respirar otra vez
la convicción inocente que la intemperie
no nos alcanza del todo
si regresamos a bailar con nuestro propio ritmo.



Acerca de lo imprevisto


Un aire inexplicable
nos hace andar por el aire puro

nuestros ojos de siempre
por primera vez
ven hasta el otro lado del mundo

la quietud del corazón
es una estación que nos faltaba
y deja en la boca el gusto
ecuánime de todas las estaciones

llueve y es como si lloviera
para nosotros

el pájaro en el hilo telefónico
la vecina que barre, el ciclista,
los árboles de la mañana
cantan para nosotros:

la alegría.



El presente es constante


La sombra del dolor se fue diluyendo
como un sueño desdichado.
El pasado ahora es mero pasado
al fondo del pasillo
en que comienzo a no reconocer las siluetas.

El futuro es una abstracción
que va perdiendo peso
y caen como hojas
las tentativas de mañana:

El presente es constante
y guarda una hospitalidad que me contiene
porque puedo mirar su cuerpo echado
en una desnudez conmovedora.
Y esa quietud felizmente alcanza para todo.



Néstor Mux
De "Disculpas del irascible" Antología - Libros de (La talita dorada)

Nació en 1945 en La Plata.

Fotografía extraída: www.eldia.com

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Poesía del Mondongo

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