Convocan a morir
Este mundo alejado de mí
parece despedirse sin decirme adiós.
Su indiferencia es mi guía.
Hablo y nadie escucha,
camino y nadie me abre paso.
Cuando estornudo o hago ruidos,
un solemne silencio me acompaña.
Cuando quiero decir alguna frase hiriente,
los malditos cuchillos se mellan en el aire.
¿Qué debo hacer para distinguir esta realidad
que no existe?
Me iré desdibujando
como un fantasma que atraviesa
distintos planos hasta ser
una sombra o menos que una sombra.
Inevitablemente, el tiempo no tiene
respuestas.
Se queda quieto cuando pasa la risa,
el amor, el estallido de las flores
y los jóvenes.
Horizontal y mudo
parezco ya, el preanuncio,
el símbolo más emblemático del olvido.
Roberto Díaz
Argentino (1938 – 2011)
De: Oscuro labio de la noche
Ed. Andrómeda - 2004