jueves, 21 de mayo de 2015

Malú Urriola




Dos 

En el último show no murió casi nadie, 
se fue vacío el furgón de los fiambres
Los redonditos de ricota



El puto cansancio se ha ido convirtiendo en tedio, el tedio es agreste, el tedio es inmóvil,
el tedio es como una eclosión, como aceite humano se me pega, aparece, brota, no lo llamé,
te lo juro… no pensaba escribir, no tenía la menor intención, no tenía, estoy harta de escribir,
escribir no tiene ningún otro sentido que espantar el tedio, no vale la pena, tú te crees que
tengo todo el tiempo del mundo… No ves cómo se cae todo, cómo piden por las calles los pobres que no existen… Estás ciega, estás ciega que no ves cómo nos dejan a la orilla del camino… ya nadie, nadie lee, nadie…se cae a pedazos esta ciudad, se cae…¡En ese lugar ayer no había un edificio de departamentos!, no estaba esa muchacha levantando automovilistas… no estaba yo tan harta, escuchándole citar a Foucault a este pobre tarado, no me impresionas, ni aunque cites a Sartre, ni a Mallarmé, ni a Nietzche. No tienes idea de nada… no tienes idea, le digo… cállate, cállame, quítame esta cabeza que nunca para, desnúcame, cúbrame el cuello con tus brazos y arráncamela…

(…)

Estás sorda que no escuchas nada, nada escuchas, estoy harta de hablarle a nadie, estoy harta de mirarle las pestañas plateadas al chico de la barra… estás ciega… no has visto cómo crece la cultura… cómo se van al éxito… cómo se hacen los finos, cómo se callan la boca… qué hago en este lugar lleno de ansiosos idiotas… beben y comen como cerdos… para matarse el hastío…
Un idiota me habla de su nueva novela… cállate me digo como si le dijese cállate… Míralos, me digo, como si los miraras… a ti, que nunca has estado, nunca, míralos, se mueven como si toda esta mierdsa fuese importante… salen a la calle a tomarse un trago y hablan de literatura hasta que se emborrachan, y levantan la voz para que alguien los escuche y escuchan sus pobres voces  borrachas levantarse… es una pena, una triste pena, a mí también me mata la pena… Míralos cómo los traiciona la lengua y parecen estúpidos y se quedan en silencio como si pensaran, mirando a la nada, porque saben que no son nada, saben que después de las palabras no queda nada, nada que no sea el registro banal y perecedero del recuerdo… Luego llegan a sus casas oscuras, arrojan sus libros oscuros sobre la cama oscura, encienden la tv oscura y se quedan tan solos, tan mudamente oscuros….mirando el techo…

(…)



Malú Urriola
Chile – 1967



De: Hija de Perra y otros poemas
MonteÁvila editores  - 2010


Obra: S/T de Rocambole (Argentino)


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Poesía del Mondongo

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