viernes, 25 de abril de 2014

Sergio Manganelli



POEMA 40

Lo más complicado de la muerte
no es morir,
sino acostumbrarnos a que la vida
se las arregle sin nosotros,
que ni siquiera perciba
nuestro sillón vacío,
el polvo en nuestros libros.

Lo triste es añorar,
-debajo de la tierra
o zumbando en el aire-
el beso de los buenos,
la taza de café,
la balada de amor,
o el ardid asesino.

Lo maravilloso es
que entre tanto despojo,
nos abriga el recuerdo
de ausencias que sentimos.

Solo algo consuela:
el corazón del grillo
en la palma de Eos.


(Otoño 2011)




POEMA 41

Yo no digo jamás
lo que usted piensa.

Yo digo pan
y estoy diciendo niño,
usted piensa
en un arma.

Si digo patria
digo casa y potrero,
callecita o escuela,
barrilete de trapos,
compinches de la infancia.

Usted entiende
bronce de a caballo,
fanfarrias y cañones,
arengas de frontera,
memoria ensangrentada.

Cuando susurro dios
-suelo hacerlo en minúsculas-
usted prescribe liturgias y sotanas,
infiernos en latín,
no acariciarse el pito,
yo apenas pretendo decir:
no tengo fuerza.

Digo violencia
frente al plato vacío
y al bebé condenado
en la balanza,
usted tiende a pensar
que sentencio las piedras arrojadas,
o la mirada torva del borracho
o la mano insistente de los desarrapados,
hay un malentendido.

Si digo solo,
usted tan solo piensa
en solamente.

Si digo falta
es porque dije
Benedetti,
Mercedes,
nonna,
mi padre,
el Flaco,
Trejo
y otros tantos.

Usted entiende
tribunal y multa gambeteada.

Cuando digo fuga
hablo de una mesa de café
o de un pibe que sueña
tras las rejas,
usted alerta
mira de reojo los candados.

Si digo discreción
sugiero no apremiar
al otro con vergüenzas,
usted piensa en metralla.

Cuando digo dolor
me refiero a la madre
del pibe baleado en un afano,
usted prepara whisky y aspirinas.

Suelo decir perfume
-de jazmines o fresias-
usted piensa en Chanel.

Si digo mulas
sueño en cruzar Los Andes,
usted en pobres tipos
que acarrean
su podrida ganancia.

Cuando digo valor
no estoy diciendo precio.

Cuando digo mañana
voy diciendo futuro.

Cuando digo justicia
no diría jamás lo que usted piensa.




POEMA 42

Hoy ha caído un hombre.

Desde la cima
de un andamio,
con su overol
de azul descolorido,
la herramienta aún tibia
en el costado
y un casco tan inútil
como el grito.

Un perito sin ley
registra en acta.

El porvenir
tumbado en la vereda,
anticipando el hambre
de sus hijos,
la mirada morbosa
de las fieras
y al capataz
como único testigo.

Allí quedaron
los sueños resignados,
la vida sin color,
la espera sin sentido,
el último jornal
que no pagaron,
los ojos que no ven
mirando al cielo,
su historia
en un legajo del archivo.

Muy pocos notarán
su traspié hacia el silencio
(donde ya no replican los martillos)
la falta de su olor,
la ausencia de sus rastros,
de su queja ancestral
ahogada en grapa
o su risa inusual
blindada en vino.

El hueco en la ronda de barajas.

La pelota que no devuelve al niño.

La silla frente al plato del domingo.

Mientras repintan
el cartel de “hay vacantes”
sobre el portón de chapas
del destino.



Sergio Manganelli
Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967.
Reside actualmente  en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han sido publicados en una importante cantidad de diarios argentinos, de México y España. Asimismo en revistas culturales y literarias de Argentina, Cuba, Italia, España, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Brasil, Honduras,  etc... Obtuvo entre 1991 y 1999 una treintena de premios y menciones en su país y el extranjero. Se encuentra trabajando en la edición de “Sangre de Toro” -poemas y banderillas-, que se editará inicialmente en Buenos Aires y luego en España.

En 2011 ha ganado el Premio de Poesía de la Universidad de Cali, Colombia y el Premio de Poesía “Leopoldo Marechal”, que otorga el Municipio de Morón, Buenos Aires, Argentina.

Fotografía: http://www.derecho.unlz.edu.ar/ventanas_2011/noticia_2011_32.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una poesía estupenda, llena de imágenes reconocibles, clara, con un mensaje desde las entrañas, profunda y bella. CHAPEAU! Ana

Anónimo dijo...

Me han gustado mucho. Eric

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com