sábado, 5 de octubre de 2013

Tamara Kamenszain



Freud


“Me voy hacia la luz”
me decía en un sueño mi padre muerto.
Su sonrisa esfumada en doble lejanía
acercaba sin embargo una tranquilidad luminosa:
había un mensaje literal
enunciado clarísimo donde la luz es la luz es la luz es la luz
y donde irse es replegarse en eco
como sólo un padre sabe hacerlo
envuelve el alma en blanco tiende una fundita
y apoya de los hijos en blanco la cabeza
ahí escribe premoniciones futuras
un destino de grandeza una vía regia
que él firma y confirma como médico
dejándonos en una cura formidable
su desaparición.




Arbol de la vida

Mi duelo, lo que estoy viendo
es el Gran Buenos Aires desde un cementerio judío.
Con cara de cansado pasa arrugando un rabino
la página de kaddish en el bolsillo.
En mangas de camisa lejos de esta pira de piedras
asará los restos del domingo sobre otro mausoleo.
En la puerta la florista se persigna
ante un cortejo de parientes y vecinos
solideos improvisados, mujeres de llanto fácil
se congregan en la fila de los deudos
no es por mi duelo, me segregan, los estoy viendo
no me sumo a esa muchedumbre abatatada
me resta a contramano mi pérdida solitaria
por Quilmes y Ezpeleta hasta La Tablada flotando
bajo el humo de chorizos arrebatados,
de calles barrosas sin apisonar
vías muertas y, al final, una tarima evangelista.
“Pare de sufrir” anuncia la humorada del cartel
cuando piedra sobre piedra entierro
mal traducida la fotocopia de kaddish
en el fondo de mi cartera qué me dice
la tradición a expensas de tu muerte
una verdad menos que revelada
no hay rabino que ayune ganas de saber
no hay duelo lo que estoy viendo es lo que es
calles del Gran Buenos Aires transidas de domingo
un vehículo negro pasea en relieve el nombre de su cochería
de éste al otro lado del suburbio lo que estuve viendo
se distancia. En el campo sin límites de la mirada
verde sobre verde avanza el paisaje de todos
todos cuelgan sobre ese horizonte la esperanza de estar vivos
somos una muchedumbre abatatada volcando sobre los colectivos
un pasaje de salida. Me fui del cementerio
yo tampoco merezco otro domingo en tinieblas.
Mi duelo, lo que estoy viendo
será de aquí en más este verdor que te dedico.
Hoy florecen en las copas de los árboles todas mis raíces.





Tamara Kamenszain
De "El ghetto" - Sudamericana, Buenos Aires, 2003















Nació en Buenos Aires en 1947. Es poeta y ensayista.

Audio extraído de: Audiovideoteca de Buenos Aires
Fotografía: www.eluniverso.com

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Poesía del Mondongo

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