sábado, 27 de julio de 2013

Magdalena Gossner

















I

Quiero entrar dos veces en tu vida
una sin sacarme los zapatos toda vestida
con el pelo acomodado
la sonrisa no disimulada pronta para acompañarte
quiero entrar descalza sin ropa sin nada
los brazos abiertos
los ojos cerrados para entregarme
quiero entrar dos veces
sólo necesito que me dejes respirar el aire que respiras
y amar tu vida; para poder amar la mía.



II

Quiero decirle a mi niño
que es buena la noche para juntar sonidos
quiero decirle a mi niño
que cuando en sus ojos estalla la vida
la ternura de su sonrisa borra toda rebeldía
quiero decirle a mi niño
que todavía tengo estrías olor a leche en el pelo
y que en su panza
hay un ombligo.


III

Tengo por costumbre amontonar mis sentimientos
tengo por costumbre ordenar mis pensamientos
tengo por costumbre saber mis sufrimientos
tengo por costumbre
sufrir mi propia ausencia y no puedo
acostumbrarme a vivir con los silencios y no puedo
acostumbrarme a que son todos míos estos misterios.


IV

Todas mis cosas fueron bellas y pequeñas
yo las amé así
ahora se, que no las dejé crecer.


V

Puedo volver a cada rato
y colgar mi ropa de un clavo en la pared
sentarme a la orilla de la vieja cama
apoyar mis codos en las rodillas
y sostener la cabeza con las manos
puedo volver tantas veces y no quiero o no puedo
quiero un solo momento de sueño o de descanso
que el cuadro colgado en la pared no esté torcido
que la puerta tenga otra vez su picaporte
ya no atar los cordones de las zapatillas
olvidarme que todo alguna vez fue bello y simple
que todo alguna vez valía y era mío
y tenía sabor dulce
a ternura y tibio aire de tarde de domingo.




Magdalena Gossner
Nació en Bahía Blanca en el año1930, pasó su infancia y adolescencia en Casilda, Santa Fé.
Reside en Wilde, partido de Avellaneda.

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Poesía del Mondongo

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