domingo, 17 de octubre de 2010

Juan José Millás




1

En las horas de niebla,
los transeúntes dudan sobre el brillante asfalto,
tienen los automóviles la pintura empañada;
la humedad se resume en las ventanas amarillas
de las primeras oficinas. Los lugares públicos
no han despertado todavía. Está la calle
limpia: la lluvia la lavó durante
una madrugada insomne de golpear
en las persianas y chorrear sobre los patios interiores.
Hoy no se apagarán las luces por la huelga.




2

Ese que veis cruzar,
detenerse, y cruzar, es mi asesino. Me persigue desde
hace tantos siglos, a lo largo
de tantas vidas me persigue
que el ruido de sus pasos y el de mi corazón
parecen soportar un solo cuerpo,
una sola agonía, una canción
de infancia, una canción
parecida a las lágrimas de un día



3

En esta hora de humillación parece
el aire un animal enfermo. Tal
es la enfermedad , tal es el peso
de cuanto en él se mueve, que una hoja
desprendida de un árbol quebraría
la piel del pavimento. Mas no hay árboles.
No hay árboles, ni tierra, ni otro abismo
que la implacable y criminal persecución
dibujada en el laberinto de mi vida
por el sonido negro de sus botas.



Juan José Millás
"De corpore insepulto" (Madrid, 1988).
Nació en Valencia, 1946 - España. Escritor español.

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Poesía del Mondongo

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