domingo, 6 de junio de 2010

Yutaka Hosono



El rencor

El soldado murió golpeado.
Murió golpeado por el cabo
que lo tiró a puñetazos,
lo forzó a levantarse
y lo siguió golpeando.
Finalmente, el soldado cayó de bruces
y murió.
Detrás de la cerca
brillaron los ojos de unos niños
entre los cuales siguen brillando
los míos.
El soldado murió callado,
reprimiendo su cólera, su terror y su reclamo.
¿Cuántos soldados murieron así?
Que no sea la muerte nada más que una pérdida;
que se llene el mundo con las almas
de los que mueren oprimidos.


Yutaka Hosono
[Yokohama, 1936]

No hay comentarios:

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com