lunes, 21 de junio de 2010

Marion Berguenfeld



Blues

fui creada para el asedio y la maravilla
tengo una carne tan dulce que ni siquiera se puede morder
porque ni bien me besan
soy azúcar
alcohol
un plañido que no se consuela

nadie tocó jamás mi centro

para el asedio me hicieron una noche de llena
y demasiado pronto me pusieron al frío del amanecer
presa en la torre alta de un cuerpo descontrolado
supe los milagros del amor apenas por reflejo

nadie jamás este centro intocable

he dormido con armadura
desde el inicio de mis días activos
pude con los cachorros que me crecieron
y el arte de jugar
pero sola permanecí, guardada, intacta
de una pureza que ni yo misma comprendo

nadie dejó marca en esta arena ondeada
donde sigo descalza
y te llamo
y estoy


Potestad

a los doce me vendió en la feria
plañían las mujeres de la casa

no recuerdo el adiós
sólo al viejo
su mano de lagarto
los billetes
el olor a sopa

nadie elige al cordero
mi padre que se va.


Marion Berguenfeld
Argentina. Es licenciada en Letras, editora y periodista.

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Poesía del Mondongo

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